En los alrededores se desarrolló el importante asentamiento etrusco de Pyrgi, frecuentado por comerciantes griegos y fenicios. La ciudad también es mencionada por Virgilio en la Eneida... #tuttitaly
Santa Severa es el único caserío de Santa Marinella, y un importante centro turístico costero, creado durante la época fascista, hacia los años 30.
El pueblo, situado a los pies de la Sierra de Tolfa, toma su nombre de Santa Severa, una joven que fue martirizada aquí en el siglo II. La parte habitada de la aldea se extiende por unos 3 km: el castillo medieval representa la frontera sur, mientras que la playa de los llamados "grottini" representa la frontera norte.
La fortaleza divide la playa en dos partes: una de arena blanca y otra de arena oscura, y parece que esta última es muy popular entre los naturistas.
En el mismo solar que el castillo de Santa Severa, ya en la Edad del Bronce se levantaba un poblado costero, como atestiguan algunos hallazgos cerámicos. Posteriormente, se desarrolló en la zona el importante asentamiento etrusco de Pyrgi, que fue el principal puerto de Caere, hoy Cerveteri. La ciudad es mencionada por Virgilio en la Eneida.
Pyrgi fue frecuentado por comerciantes griegos y fenicios. Las excavaciones en la ciudad han sacado a la luz los restos de un gran santuario construido a pocos pasos de la orilla, incluidos dos templos: el mayor estaba dedicado a la diosa etrusca Uni, asimilada a la fenicia Astarte, y data de la primera mitad del siglo el siglo V a.C.; el otro templo es más antiguo y se puede fechar a finales del siglo VI a. En 1964 se encontraron las láminas de oro de Pyrgi: son tres láminas de oro de 20 cm de altura que datan del año 500 aC y contienen textos sagrados en fenicio y etrusco.
Los hallazgos arqueológicos de la época etrusca se exhiben en el museo etrusco de Villa Giulia.
Dentro del pueblo, se encuentra el museo del mar y la navegación antigua; la Iglesia de la Asunción con una representación de María entre los Santos Marinella y Severa; el patio del Barrozze, donde se pueden ver grandes odres recuperados en alta mar de un antiguo barco hundido.
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