A la princesa Elisa Bonaparte Baciocchi le encantaba llamarlo "mi pequeño París" y durante su reinado la ciudad vivió un período de gran esplendor... #tuttitaly
Curiosidad: a la princesa Elisa Bonaparte Baciocchi le encantaba llamar a Piombino "mi pequeño París" y durante su reinado la ciudad vivió un período de gran esplendor.
Hoy, el puerto de Piombino se utiliza para el transporte de mercancías, pero también para el turismo. Desde aquí parten los ferries de las principales líneas navieras hacia las islas del archipiélago toscano, hacia Cerdeña y Córcega.
El centro, para visitar a pie
Aterrizados en Piombino, volviendo de la isla de Elba, dejamos el coche cerca de la estación de autobuses, a pocos pasos del Torrione, la antigua puerta de entrada a la ciudad. También llamada Porta di Sant'Antonio, data de 1200 y es el monumento más antiguo de Piombino.
Junto al Torrione, en 1400, se construyó el Rivellino, una imponente construcción de refuerzo semicircular, construida con fines defensivos, para proteger la ciudad de posibles ataques enemigos.
Tras pasar el Torrione, nos encontramos en el elegante Corso Vittorio Emanuele, donde no faltan restaurantes y trattorias donde degustar los platos típicos de la zona.
Continuando nuestro paseo, nos encontramos con el Palazzo Comunale y la Torre del Reloj adyacente. Los hermosos e imponentes edificios fueron renovados en el siglo XX.
Desde atrás del Palacio, ya podemos ver el mar. En pocos minutos llegamos a uno de los miradores más bellos de todo Piombino: la terraza de Piazza Bovio.
Construida sobre un sugerente afloramiento rocoso, Piazza Bovio es un espectacular balcón con vistas a la isla de Elba. En días claros, se puede ver la isla de Montecristo, la isla de Giglio, la isla de Capraia, Córcega.
En la mesa
Entre las recetas típicas de la zona se encuentran el pulpo a la piombino, el bacalao con patatas y las anchoas a la povera.
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