Entre los puertos más espectaculares de los Dolomitas y la idílica historia del refugio Segantini... Patrimonio #UNESCO por la singularidad y belleza de su paisaje... #tuttitaly
Situado a 1.980 metros sobre el nivel del mar, el paso Passo Rolle conecta San Martino di Castrozza con los demás valles de los Dolomitas. La ciudad consiste en un pequeño centro habitado con algunos hoteles, restaurantes, bares y tiendas al pie del magnífico anfiteatro Pale di San Martino, la puerta de entrada a los Dolomitas, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Passo Rolle es uno de los pasos más espectaculares de los Dolomitas, te encantará admirar sus sugerentes picos que se destacan en el cielo con una altura máxima de 3192 metros.
La altura, el contexto naturalista y el equipamiento de primer nivel hacen de este paso uno de los destinos de esquí más populares, también porque se integra perfectamente con la oferta de la estación más famosa de la zona, San Martino di Castrozza, desde donde se solo 9km.
Passo Rolle, en el marco incomparable de Cimon della Pala y Cima Vezzana, es un núcleo habitado alrededor del puerto, en una posición única, y el equipamiento con el que está equipado lo convierte en un punto de partida ideal para descubrir algunas de las vistas más memorables de el arco alpino.
Las excursiones con raquetas de nieve o esquís de montaña encuentran itinerarios muy bonitos, entre Vanoi y el lago Calaita (tramo fácil), o hacia Tognola (a veces más desafiante pero emocionante).
Entre los destinos más conocidos recordamos el hermoso Val Venegia, los lagos de Colbricon y el Cristo Pensante, accesibles a lo largo de la caminata homónima.
Y como el esquí y las excursiones abren el apetito, Passo Rolle pone sobre la mesa la tradición gastronómica local que se puede disfrutar en ambientes típicos como las cabañas Venegia y Venegiota.
Baita Segantini
Un lugar idílico para una historia rica en poesía. Baita Segantini fue construida en 1936 por el artista Alfredo Paluselli, quien vivió aquí en soledad durante 35 años. Todo empezó en Bellamonte, un viejo tabià inspiró al joven y temerario Alfredo que decidió desmantelar aquel viejo granero para llevárselo al lugar donde vivirá como ermitaño, entre escaladas a las cumbres más inaccesibles de los Dolomitas y poemas que florecieron. escuchando el sonido del viento.
No fue una hazaña fácil la que llevó a cabo Alfredo, trazando con pala y pico el camino que le permitía transportar con la carreta lo que se convirtió en su hogar. Una casa a la que añadió un lago alpino, un espejo mágico que en determinadas épocas del año, en momentos puntuales, vincula indisolublemente la imagen a su reflejo para momentos de puro encanto. Esta es parte de la historia de Alfredo Paluselli quien, después de viajar por el mundo, plantó sus raíces en la cima de Passo Rolle.
Commentaires