El parque nacional más antiguo de Italia, un importante ejemplo de conservación de la naturaleza y turismo sostenible. La carretera se construyó en 1931 para llegar a los dos lagos artificiales. Estos lagos, enclavados entre las montañas, crean un paisaje impactante y armonioso, inmerso en el Parque Nacional del Gran Paradiso... #tuttitaly
En el impresionante Valle del Orco, a una altitud de aproximadamente 2300 metros, se encuentran dos auténticas maravillas de la naturaleza: el Lago Serrù y el Lago Agnel. Estos lagos, parte de un complejo de cuerpos de agua artificiales, no solo alimentan varias centrales hidroeléctricas, sino que también ofrecen paisajes impresionantes y la oportunidad de sumergirse en la belleza del paisaje alpino.
El Lago Serrù, el primero que se encuentra a lo largo del camino que sube al Colle del Nivolet, se caracteriza por un color gris lechoso, debido al limo glaciar traído por los glaciares circundantes. Pasada su presa, un cómodo paseo por un sendero plano bordea el lago, proporcionando una experiencia accesible para todos los amantes de la montaña.
Caminando a lo largo de su orilla, se pueden observar rebecos, gamuzas y marmotas que pueblan la zona, ejemplos vivos de la fauna alpina que disfrutan del sol revitalizante. Además, no es raro avistar águilas y buitres leonados volando en el cielo azul, mientras que los charcos y las turberas cercanas albergan ranas temporeras, perfectamente adaptadas a la alta altitud. El paisaje se enriquece aún más con una variedad de flores que florecen a lo largo del camino, añadiendo un toque de magia al entorno.
Un poco más arriba, el Lago Agnel impresiona por su intenso color azul, resultado de los sedimentos filtrados por los torrentes aguas arriba. Este lago, además de ser un encantador destino para excursionistas, ofrece numerosas oportunidades de actividades al aire libre. Senderismo, mountain bike y paseos son solo algunas de las experiencias inolvidables que se pueden vivir en este entorno natural. También aquí, la fauna se hace notar: con un poco de suerte, se pueden observar marmotas y gamuzas moviéndose entre las rocas, mientras majestuosas águilas sobrevuelan el cielo.
Tanto el Lago Serrù como el Lago Agnel, aunque son artificiales, se integran perfectamente en el contexto alpino, regalando panoramas espectaculares en cada estación. Estas dos joyas del Valle del Orco son el lugar ideal para regenerarse, sumergirse en la naturaleza y descubrir la belleza de nuestro patrimonio montañoso.
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