Perla del Mar Tirreno, con la imponente estatua del Redentor y también conocida como la ciudad de las 44 iglesias... #tuttitaly
Aquí estamos en Maratea. Las vacaciones de Navidad y el viento no disuaden de visitar este espléndido núcleo turístico de la costa tirrena de Basilicata.
Encaramado en el Monte San Biagio, es el telón de fondo de playas enclavadas entre promontorios con una rica vegetación.
La costa está cubierta por matorral mediterráneo, mientras que la costa alta y discontinua cae en picado hacia el mar, creando una sucesión de cabos y pequeñas playas de arena muy fina.
Los fondos marinos profundos son vírgenes y albergan una extraordinaria variedad de fauna. Lo que los convierte en un destino ideal para los amantes del buceo.
Desde el mar se puede llegar a numerosas pequeñas y atractivas calas. Pero también hay muchos balnearios, equipados para turistas que buscan comodidad.
La ciudad de Maratea está dominada por una imponente estatua del Redentor (de unos 21,13 metros de altura, 19 metros de ancho para los brazos, 3 metros de altura para la cabeza y 400 toneladas de peso total), sólo superada por la de Río de Janeiro en tamaño.
La estatua es el símbolo de la ciudad, y está situada en una gran terraza panorámica desde la que se puede admirar la costa en todo su esplendor. El paisaje es impresionante, es difícil quitarle los ojos de encima. Pero sobre todo, a pesar del viento, ya que hemos elegido ir en invierno, hay una calma y una paz que dan ganas de quedarse y disfrutar del lugar el mayor tiempo posible.
Maratea tiene orígenes muy antiguos, y conserva en el centro histórico los testimonios artísticos y arquitectónicos que ha dejado la historia. También es conocida como la ciudad de las 44 iglesias, porque alberga varios edificios religiosos, capillas y monasterios, todos adornados con hermosas obras de arte, como la antigua Basílica de San Biagio, dedicada al santo patrón.
También vale la pena visitar la Iglesia de la Inmaculada Concepción, adornada con preciosos frescos, la Iglesia de Santa Maria Maggiore y la Iglesia de la Madonna degli Ulivi.
La visita a Maratea es una experiencia única. Definitivamente para volver con un clima más suave para poder disfrutarlo sin anoraks 😀
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