El espectáculo que se abre a los ojos del visitante al adentrarse en su interior es verdaderamente único: tres cuevas con estatuas creadas a partir de la misma roca sedimentaria que narran escenas de las Sagradas Escrituras. Hoy la Iglesia es el segundo monumento más visitado de Calabria después de los Bronces de Riace... #tuttitaly
La Iglesia de Piedigrotta "Museo Civico" en Pizzo, Calabria, es un lugar único que fascina y encanta a sus visitantes con su historia y sus obras de arte. Situada junto a su playa libre, esta iglesia es una verdadera joya que cuenta una historia de leyenda y devoción.
En el interior de la iglesia, se abren tres cuevas decoradas con estatuas esculpidas directamente en la roca sedimentaria, que representan escenas de las Sagradas Escrituras. Este espectáculo es realmente único y emocionante, ofreciendo al visitante una experiencia inolvidable. La Iglesia de Piedigrotta se ha convertido en el segundo monumento más visitado en Calabria, justo después de los famosos Bronces de Riace.
La leyenda cuenta la historia de un velero napolitano golpeado por una violenta tormenta en el siglo XVII. Los marineros, refugiados en la cabina del capitán con un cuadro de la Virgen de Piedigrotta, quisieron hacer un voto a la Virgen: si eran salvados, erigirían una capilla en su honor. Aunque el barco se hundió, los marineros llegaron a la orilla con el cuadro y la campana del barco fechada en 1632, cumpliendo la promesa y tallando una pequeña capilla en la roca.
El artista local Angelo Barone dedicó gran parte de su vida a decorar y ampliar la Iglesia de Piedigrotta, convirtiéndola en un lugar rico en estatuas y frescos que cuentan la vida de Jesús y los Santos. Después de él, su hijo Alfonso continuó el trabajo, transformando definitivamente la apariencia de la iglesia con otras obras de arte extraordinarias.
En la década de 1960, la iglesia sufrió actos de vandalismo, pero afortunadamente el sobrino de los artistas originales, Giorgio Barone, un renombrado escultor que se había mudado a Canadá, decidió regresar a Pizzo para restaurar el lugar. Después de meses de arduo trabajo, la restauración se completó en 1968, permitiendo que esta maravillosa iglesia volviera a brillar en toda su belleza original.
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