Fue consagrada por el propio Papa Gregorio VII, que se refugió en Salerno. Hoy recupera un conjunto de maravillosos y preciosos elementos que recuerdan su evolución, del románico al barroco, pasando por lombardo, bizantino, normando y renacentista..#tuttitaly
El Duomo de Salerno, un símbolo de poder y devoción, lleva consigo una rica historia que se remonta a tiempos antiguos. Encargado por el duque normando Roberto Guiscardo después de la conquista de la ciudad en 1076, este majestuoso edificio sagrado ha sido testigo de cambios épicos y momentos cruciales en la historia de la antigua Salerno.
La construcción del Duomo se emprendió con la intención de honrar al Evangelista Mateo, cuyos restos se guardaban en la ciudad desde el 954. El duque normando, ansioso por ganarse el favor de la población agotada por el asedio, decidió erigir un templo grandioso y solemne dedicado a este importante santo. Así nació el Duomo de Salerno, un ejemplo magistral de arquitectura basilical con tres naves longitudinales, un transepto elevado y un elegante quadriportico.
Después de años de trabajo y dedicación, el Duomo finalmente se completó en 1084 y fue consagrado por el Papa Gregorio VII. La imponente torre campanario y el atrio son lo que queda de la estructura románica original, mientras que el resto del edificio brilla con una espléndida renovación barroca posterior al terremoto de 1688.
Uno de los tesoros más preciados del Duomo es su transepto, adornado con un llamativo suelo de mosaico que, frente al altar principal, se transforma en un magnífico "prado de primavera" salpicado de flores de seis pétalos. Las majestuosas bóvedas nervadas barrocas, los frescos y la estatua doble de bronce del Santo Patrón en el centro crean una atmósfera angelical y atemporal que encanta a todos los que cruzan el umbral de esta magnífica estructura.
Una visita a este lugar sagrado es un viaje en el tiempo, una experiencia única que envuelve los sentidos y nutre el alma, garantizando emociones intensas y recuerdos indelebles.
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