Un destino muy querido por los turistas italianos y extranjeros, también gracias a su posición estratégica y su proximidad a las ciudades artísticas más bellas de la Toscana. El país también ha sido galardonado por el Touring Club italiano con la Bandera Naranja, por la conservación del paisaje, la valorización del patrimonio cultural y la hospitalidad... #tuttitaly
El pueblo de Peccioli, ubicado en la colina que domina el Valdera, es un lugar turístico de gran encanto. El Touring Club Italiano ha reconocido su belleza otorgándole la Bandera Naranja, por su capacidad para preservar el paisaje, ofrecer hospitalidad de calidad y realzar el patrimonio cultural.
Peccioli tiene raíces agrícolas que todavía se reflejan en el territorio hoy en día, con la presencia de bodegas, molinos de aceite, granjas y alojamientos rurales.
Además de su encantador centro medieval, Peccioli también incluye pequeños pueblos históricos como Cedri, Ghizzano, Fabbrica, Montecchio, Libbiano y Legoli.
Su ubicación estratégica, cerca de las más hermosas ciudades de arte de la Toscana, lo convierte en un destino muy popular tanto para turistas italianos como extranjeros.
Palazzo Senza Tempo
La historia de Peccioli se remonta al siglo XV cuando se fundó la granja y el Palazzo di Via Carraia, propiedad de la familia florentina Salviati. En el siglo XVI, la granja pasó a manos de Piero Salviati, tío de Cosimo I de' Medici.
La familia Salviati eran banqueros y comerciantes especializados en seda y lana, con intereses que se extendían hasta Constantinopla, Londres y Brujas.
Después de la muerte de Piero, el palacio pasó a manos de la familia Almeni de Perugia, probablemente como muestra de gratitud por parte de Cosimo I de' Medici por su lealtad. Las últimas herederas de la familia fueron Isabella Nerli y Eleonora Bonaccorsi, quienes donaron la propiedad a Pietro Leopoldo, Gran Duque de Toscana, y posteriormente al Tesoro Real, que la vendió a la familia Berte.
En 1919, el palacio y la granja fueron vendidos a la empresa Fondi Rustici di Roma, que pasó a formar parte del patrimonio de la Fundación Gerolamo Gaslini.
Recientemente, en 2004, una parte de la finca fue adquirida por el Municipio de Peccioli, que en 2019 inició un importante proyecto de renovación y revalorización.
El Palazzo se caracteriza por una magnífica terraza panorámica que ofrece una vista impresionante del valle. En el interior del palacio también se encuentra una hemeroteca y una cafetería.
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