Punto de apoyo del cristianismo y del arte, "majestuoso y solemne", se expresa hoy a través de un lenguaje compuesto, formado por diferentes estilos, encargos y gustos, religiosidades y devociones. La catedral está dedicada al santo inglés Tomás Becket, arzobispo de Canterbury... #tuttitaly
Escondida entre las estrechas calles del centro histórico de Marsala, en Sicilia, se alza imponente la Catedral dedicada a San Thomas Becket de Canterbury. Su historia se remonta al siglo XII, cuando los normandos decidieron erigir esta majestuosa Catedral tras el naufragio de un barco que transportaba columnas corintias destinadas a la construcción de la iglesia de San Thomas en Inglaterra.
La estructura actual de la Catedral de Marsala data del siglo XVII y se distingue por sus impresionantes dimensiones: 80 metros de longitud, 36 metros de ancho y 25 metros de altura. La fachada exterior, completada solo en 1956, se extiende horizontalmente en un estilo barroco lujoso y rico en detalles.
Una característica peculiar de esta Catedral son las dos majestuosas torres de campanario en las esquinas, coronadas por cúpulas que albergan estatuas de santos como San Juan Bautista, San Tomás, San León y San Gregorio Magno.
Una vez que se cruza el umbral de la Catedral, los ojos son capturados por las tres majestuosas naves, divididas por elegantes columnas de mármol. Las naves laterales conducen a las doce capillas ricamente decoradas, en cuyo interior se conservan obras de arte de grandes maestros como Domenico y Antonello Gagini, Antonello Riccio y Bartolomeo Berrettaro.
Una visita a la Catedral de Marsala es una experiencia espiritual y estéticamente gratificante, que permite a los visitantes sumergirse en la historia y el arte que han moldeado esta hermosa catedral a lo largo de los siglos.
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