Se encuentra ubicada en la provincia de Pistoia, diócesis de Pescia y en noviembre de 1988 el Papa Juan Pablo II la elevó a la dignidad de Basílica Menor... #tuttitaly
En el corazón de Montecatini Terme, entre las suaves colinas de la Toscana, se encuentra la Basílica de Santa Maria Assunta, un lugar de culto de extraordinaria belleza y significado histórico. Proclamada basílica menor en 1988 por el Papa Juan Pablo II, esta iglesia es una verdadera joya arquitectónica que cautiva a los visitantes con su elegancia discreta.
La Basílica de Santa Maria Assunta es el resultado del genio creativo de importantes arquitectos como Raffaello Fagnoni, Pierluigi Spadolini, Mario Negri y Alfonso Stocchetti. Su construcción, llevada a cabo entre 1953 y 1958, implicó la destrucción de la iglesia neoclásica previa que data de 1833. Este gesto dio vida a un edificio nuevo, moderno y visionario, que logró mantener un vínculo con sus raíces históricas.
La basílica cuenta con una imponente fachada, precedida por un pórtico jónico que le otorga un ambiente solemne a la entrada. El edificio se destaca por su planta octogonal, enriquecida por cuatro capillas a los lados del presbiterio y un campanario esbelto que se eleva hacia el cielo. Las estructuras de hormigón armado revestidas de travertino le confieren solidez e imponencia a la estructura.
Una vez dentro, la atención se centra en las hermosas vidrieras del pintor Giorgio Scalco, que filtran la luz del sol creando una atmósfera mágica. En el fondo del presbiterio se encuentra el Crucifijo del escultor florentino Sauro Cavallini, una expresión artística de gran valor.
La Basílica de Santa Maria Assunta es un lugar cargado de espiritualidad, historia y arte, que invita a los fieles y visitantes a reflexionar e sumergirse en una atmósfera de paz y belleza. Con su elegancia y su encanto atemporal, esta iglesia es un punto de referencia imprescindible para quienes deseen explorar el patrimonio cultural de la Toscana.
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