El innovador puente de unos 90 m de altura y 88 m de largo, que conecta el borde del barranco con los sugerentes restos del castillo medieval normando... #tuttitaly
El Puente Tibetano nos regala la emoción de caminar suspendidos entre dos colinas durante casi 100 m, más de 80 desde el fondo de un arroyo.
Desde el puente se pueden admirar hermosos paisajes enmarcados por el Vallone delle Conche. Con el paso de
más peatones las emociones aumentan, porque el puente empieza a vibrar... Pero no hay nada peligroso, pues sigue sostenido por resistentes cables de acero. La experiencia es muy subjetiva, pero dado que mi hijo de cinco años no tenía miedo de caminar, diría que es una experiencia que no debe perderse.
Inaugurado en 2015, el puente tibetano se ha convertido en el verdadero atractivo de Laviano tanto para turistas como para locales.
Pero no solo está el puente tibetano en Laviano. De hecho, también encontramos el castillo medieval, desde el que podemos disfrutar de la vista sobre el valle del Sele. Desde el momento en que no se reconstruyó el centro histórico, el castillo, junto con la iglesia de Santa Maria della Libera, se convirtió en uno de los pocos testimonios de la antigua ciudad, que fue completamente destruida por el terremoto de 1980.
El castillo también fue severamente dañado por el terremoto. Sin embargo, en 2004 se iniciaron los trabajos de restauración.
Hoy podemos admirar el perímetro trapezoidal con las torres de las esquinas, los fosos y los puentes de entrada, portales de piedra, elegantes marcos de puertas y ventanas, un patio interior con pozo de piedra y diferentes estancias distribuidas en varios niveles.
En el interior, en las tres salas, hay paneles informativos sobre la historia, usos y tradiciones de Laviano, un espacio dedicado a la proyección de un documental, una pequeña exposición de herramientas antiguas y una maqueta del pueblo antes del terremoto.
Podemos considerar el puente tibetano como un nexo de unión entre el pasado y el futuro de Laviano.
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