Un pequeño grupo de frailes menores, enviados por el propio Francisco de Asís, llegó a Treviso en 1216, y en la zona más allá de Cagnan Grande, los franciscanos construyeron un sencillo convento y una capilla dedicada a la Virgen María... #tuttitaly
La Iglesia de San Francesco en Treviso es un lugar cargado de historia y espiritualidad, ubicado en la parte noreste del centro de la ciudad, más allá del Cagnan Grande. Fundada en el siglo XIII por los frailes franciscanos enviados por San Francisco de Asís, el convento y la capilla pronto empezaron a prosperar. Con el apoyo del municipio de Treviso, la iglesia y el convento se completaron en 1270, también gracias a la ayuda de figuras importantes como Gerardo da Camino.
Este lugar de culto pronto se convirtió en un punto de referencia para las familias más influyentes de Treviso, que construyeron sus propias capillas, decorando la iglesia con obras de arte de gran valor. Sin embargo, a lo largo de los siglos, la iglesia experimentó varias vicisitudes: durante la ocupación francesa en 1797, los frailes conventuales fueron expulsados y en 1806 el convento fue suprimido.
Solo en 1928, después de una larga restauración, la Iglesia de San Francesco se reabrió para el culto y fue nuevamente confiada a los frailes franciscanos conventuales. Aunque se encuentra en el territorio de Santa Maria Maddalena y no es una iglesia parroquial, aún conserva todo su encanto y su valor histórico y artístico.
La arquitectura de la Iglesia de San Francesco es un ejemplo de transición entre el estilo románico y el gótico temprano. La fachada a dos aguas está decorada con pilastras y arcos, mientras que el interior presenta un plano en forma de cruz latina con una nave principal y cinco capillas laterales.
En el interior de la iglesia, los visitantes pueden admirar numerosas obras de arte, incluidos frescos de gran valor histórico atribuidos a Marco Veneziano y Tommaso da Modena. Entre las tumbas presentes, destacan las de Pietro Alighieri y Francesca Petrarca, personajes importantes de la historia italiana.
Además de la riqueza artística e histórica, la Iglesia de San Francesco también alberga obras contemporáneas, como la estatua de San Francisco creada por el escultor Roberto Cremesini y el órgano de tubos Mascioni, una verdadera joya de la tecnología musical.
En conclusión, la Iglesia de San Francesco en Treviso es un lugar para visitar para aquellos que deseen sumergirse en la historia, el arte y la espiritualidad de esta fascinante ciudad veneciana.
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