Fue la única estructura que resistió el terremoto de 1693, permaneció prácticamente intacta y sólo requirió algunas operaciones de restauración. Hoy en día se encuentra sin duda entre los edificios y lugares de culto más preciosos e importantes de la ciudad de Scicli. En su interior se puede admirar un belén del siglo XVIII, uno de los más bellos y famosos de Sicilia... #UNESCO #tuttitaly
Ubicada en un entorno natural de rara belleza, la Iglesia de San Bartolomé en Scicli representa una joya arquitectónica en el corazón de la ciudad siciliana. Las primeras huellas históricas de esta iglesia se remontan al siglo XV, y a pesar del terremoto de 1693, la estructura no sufrió daños significativos. Sin embargo, en 1752 comenzaron los trabajos de reconstrucción que llevaron a la creación de la estructura actual.
El arquitecto Portoghesi describió la iglesia como "una perla dentro de las valvas de una concha", enfatizando la singularidad y belleza de su arquitectura. La fachada de la iglesia presenta tres órdenes que testimonian la transición de la arquitectura tardo-barroca a la neoclásica. Elementos arquitectónicos, como columnas y pilastras de diferentes estilos, otorgan a la iglesia una majestuosidad imponente. La gran celda campanaria coronada por una cúpula acostillada es uno de los elementos distintivos de la estructura.
En el interior, la iglesia tiene una nave única en forma de cruz latina. Obras de arte y monumentos sepulcrales enriquecen el ambiente, testimonios de figuras ilustres vinculadas a la historia de la iglesia. Los monumentos de mármol de 1631, creados por Francesco Lucchese, albergan los restos de dos importantes ciudadanos de Scicli, Don Vincenzo Miccichè y su padre Don Giuseppe Miccichè. Este último, perteneciente a una noble familia local y cofrade de San Bartolomé, desempeñó un papel fundamental en la reconstrucción de la iglesia y en la renovación de la capilla mayor.
Obras de arte de valor incalculable adornan el interior de la iglesia, como el lienzo de la Inmaculada entre los santos Guglielmo y Bartolomé de Francesco Cassarino y el Martirio de San Bartolomé de Francesco Pascucci. El Belén del siglo XVIII, creado por Pietro Padula, es una obra que cautiva a los visitantes con su escenografía evocadora y estatuas que representan personajes de la tradición cristiana.
El paisaje circundante, con cuevas y rocas, refleja el entorno natural de la cantera de San Bartolomé, ofreciendo un telón de fondo pintoresco al contexto religioso de la iglesia. Los frescos y esculturas en el interior cuentan historias de fe y tradición, enriqueciendo la experiencia de los fieles y visitantes que se sumergen en esta atmósfera cargada de historia y espiritualidad.
La Iglesia de San Bartolomé en Scicli es una auténtica joya barroca siciliana, un lugar donde el arte, la fe y la historia se fusionan en una experiencia única y evocadora.
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