La cúpula central, pintada al fresco por Correggio entre 1524 y 1530, representa una imagen espectacular que te atrapa. El artista crea un espacio de perspectiva de increíble profundidad haciendo que la cúpula parezca más alta que el punto negro... #tuttitaly
La Catedral de Parma es uno de los principales ejemplos de arquitectura románica en el norte de Italia. Su fachada con frontón se caracteriza por un portal central coronado por una roseta y una serie de arcos ciegos.
El interior de la catedral tiene forma de cruz latina, con tres naves y un transepto. Las paredes de las naves laterales están decoradas con arcos de medio punto y ventanas individuales, mientras que la nave central está cubierta por una bóveda de crucería.
Uno de los principales tesoros de la catedral es el ciclo de frescos pintados por Lattanzio Gambara entre 1567 y 1573.
Estos frescos representan episodios del Antiguo y Nuevo Testamento, así como figuras alegóricas. En el contrafrente, hay un gran fresco que representa la Ascensión de Cristo, pintado por el propio Gambara.
La cúpula de la catedral está decorada con la Asunción de la Virgen pintada por Antonio Allegri, conocido como Correggio, entre 1524 y 1530 aproximadamente. Este fresco es considerado una de las obras maestras del Renacimiento italiano. El artista creó un espacio de perspectiva de una profundidad increíble, haciendo que la cúpula parezca más alta de lo que realmente es.
La Catedral de Parma es un importante lugar de culto y una atracción turística muy visitada. Su arquitectura y las obras de arte en su interior representan un importante patrimonio cultural e histórico.
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