Inmerso en un paisaje incontaminado a orillas del lago Turano, está rodeado de densos bosques y dominado por el monte Navegna... #tuttitaly
El pueblo de Castel di Tora está inmerso en un paisaje incontaminado a orillas del lago Turano, rodeado de densos bosques y dominado por el monte Navegna. Estamos en la provincia de Rieti, en el interior de Lazio.
Además de la naturaleza incontaminada, embellecida por los aromas de las flores, los bosques centenarios y el agua azul del lago artificial, las callejuelas con arcos y escaleras, las cuevas y las bodegas excavadas en las rocas se prestan a hacer mágico este pueblo.
Por su particularidad y su encanto medieval, Castel di Tora es considerado uno de los pueblos más bellos de Italia.
Historia
Castel di Tora es el nombre que el pueblo asumió en 1864, abandonando el de Castelvecchio. Después de un período de sumisión a la abadía de Farfa, en el siglo XIII Castelvecchio conoció el señorío de los Brancaleoni de Romanea que también se extendía sobre Collepiccolo y Antuni. Después de unos dos siglos, los nuevos señores de Castelvecchio fueron los Orsini y más tarde los Barberini. A principios del siglo XIX, un miembro de esta familia, Francesco, tomó el título de duque de Castelvecchio.
Si ya en la década de 1930 la construcción del lago Turano se llevó suelo fértil, empujando a emigrar a la mayoría de los habitantes del pueblo, los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial redujeron la población de forma que ahora los residentes no llegan a las 300 unidades.
Lugares de adoración
El principal edificio religioso del pueblo es la Iglesia de San Giovanni Evangelista, perteneciente a la época barroca, en cuyo interior se conservan frescos del siglo XVI de gran valor.
Otro lugar místico e importante es la Ermita de San Salvatore, asentada sobre un muro rocoso bajo el cual se asoma un sugerente voladizo sobre la cuenca del lago.
Gastronomía
Un plato típico del lugar es la polenta aderezada con salsa de pescado elaborada con bacalao, arenque, atún y anchoas. El otro manjar del pueblo son los sabrosos y caseros strigliozzi, "primos" de los renombrados macarrones.
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