La historia y la tragedia de la maravillosa Basílica... #tuttitaly
La historia de la Basílica de Superga se remonta a 1706 cuando Vittorio Amedeo II y Eugenio di Savoia subieron a una de las colinas más altas de Turín, la colina de Superga, para observar desde arriba Turín, que en ese año estaba sitiada por los francoespañoles.
Al ver en ese momento su ciudad de Turín devastada por el ataque de unos 40.000 soldados franceses y españoles, Vittorio Amedeo II se arrodilló y en ese momento decidió que en caso de victoria haría construir un monumento en honor a la Virgen.
Los piamonteses lograron ganar la batalla gracias a la ciudad fortificada masivamente y los túneles excavados específicamente bajo tierra. De hecho, a lo largo del camino de los túneles, se prepararon muchas minas, que los piamonteses hicieron brillar cuando el enemigo pasaba sepultándolo vivo.
Fue prodigiosa la decisión del soldado Pietro Micca, quien se dio cuenta de que ya no le quedaba tiempo para usar la larga mecha de encendido y prender fuego a la pólvora sacrificando su propia vida y salvando la ciudad.
Fue entonces Filippo Juvarra (arquitecto mesinese, uno de los principales exponentes del barroco) quien unos años más tarde firmó el proyecto para la construcción de la Basílica.
También hay que recordar aquel triste día de 1949, el 4 de mayo a las 17.30 horas, un avión que transportaba al equipo Torino se estrelló contra el muro de la Basílica de Superga. Las víctimas eran 31.
La estructura de la Basílica es impresionante, fue elegida por los Reales como lugar de enterramiento de los miembros de la Casa de Saboya.
Desde allí arriba, el panorama de Turín se extiende confiado para romper contra los Alpes.
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