Una de las iglesias románicas más fascinantes y misteriosas. Cada 25 de mayo y 19 de julio a las 7:40 de la mañana tiene lugar el fenómeno del "ojo luminoso", un evento extraordinario...#tuttitaly
La Abadía de Sant'Urbano es una antigua abadía benedictina dedicada a San Urbano, el santo patrón de Apiro. Sus orígenes se remontan a unas pocas décadas antes del año 1000, y la abadía tenía hegemonía sobre el Valle de San Clemente, sirviendo como centro de poder religioso y civil. Sin embargo, hubo continuos conflictos con el Municipio de Apiro, que culminaron en el siglo XI con un incendio y la destrucción parcial de la iglesia. Posteriormente, la abadía fue renovada y se convirtió en un punto de parada para los peregrinos.
En 1810, con la llegada de Napoleón Bonaparte a Italia, la abadía pasó al estado y posteriormente fue vendida a particulares, quienes la transformaron en una granja. Solo en 1978 fue donada al Municipio de Apiro, que es su actual propietario.
Simbolismo
La abadía presenta elementos arquitectónicos inspirados en modelos astronómicos y matemáticos, que se incorporaron para enriquecer el edificio con simbolismo cósmico.
Esta práctica ha sido común desde la antigüedad, como lo demuestran las obras sagradas de los judíos. En el caso de la Iglesia de Sant'Urbano, el arquitecto monje utilizó la iluminación del altar con tres ventanas orientadas según los equinoccios y solsticios. Además, creó un ojo circular sobre el ábside, que permite que la luz matutina entre en la sala en ciertos días del año. Este efecto luminoso, cruzando el crepúsculo de la iglesia, tiene un gran significado simbólico.
El arquitecto monje aplicó sus conocimientos astronómicos, aunque en ese momento se creía que el movimiento del sol en el cielo era "real" en lugar de "aparente", como sabemos hoy en día. El disco luminoso perfectamente circular simboliza claramente la Eucaristía y golpea una corona circular tallada en un pilar a la izquierda de la entrada, precisamente durante la fiesta del santo patrón Sant'Urbano el 25 de mayo, durante las primeras horas de la mañana. Este evento fue redescubierto después de ocho siglos gracias a observaciones cuidadosas, aunque había sido olvidado debido al abandono del siglo XIX de la iglesia.
El fenómeno ocurre dos veces al año, de manera simétrica con respecto al solsticio de verano, y se manifiesta a las 7:40 a.m., tanto el 25 de mayo como el 19 de julio.
Comments