Su posición intermedia entre el ducado de Salerno y las fronteras de Apulia fue motivo de enfrentamientos entre normandos y bizantinos que reclamaban su dominio sobre el territorio. Hoy, en la Catedral, se encuentra la estatua de mármol de Sant'Eufemia; obra rara de Mantegna... #tuttitaly
Irsina es una ciudad que ofrece una experiencia única, donde el arte y la espiritualidad se mezclan en una combinación fascinante. Ubicada en la cima de una colina rocosa, es una de las ciudades más antiguas de Basilicata. Su nombre original, Montepeloso, parece derivar de la palabra griega "plusus", que significa "tierra fértil y rica".
Cosas para ver
Las antiguas murallas medievales de Montepeloso protegen y dominan los valles de Bradano y Basentello, ofreciendo una vista panorámica del antiguo pueblo. A través de las estrechas calles y callejones, que a veces son planos y a veces empinados, se pueden descubrir numerosas iglesias y edificios históricos construidos entre los siglos XVI y XVIII.
Cada rincón guarda sorpresas y maravillas, con pequeñas iglesias y palacios adornados con escudos de armas e inscripciones.
La Catedral de Santa Maria Assunta, que data del siglo XIII, es un verdadero "museo de lo sagrado", tanto por sus características arquitectónicas como por las obras de arte renacentistas que adornan el interior. Entre ellas, destaca la estatua de piedra de Nanto que representa a Santa Eufemia, atribuida al artista renacentista Andrea Mantegna.
Gastronomía
La tradición culinaria de Irsina es de origen campesino, al igual que gran parte de la renombrada y sabrosa cocina de Basilicata. Los primeros platos se basan principalmente en pasta casera, como los cavatelli con frijoles y hinojo silvestre.
Excelente entre los platos principales es el famoso "callaridd", cordero adulto con verduras, o incluso con papas asadas.
Entre los postres tradicionales de Irsina, vale la pena probar los "i pzzitt", dulces pasteles hechos con vino de higo cocido, harina y huevos, glaseados.
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