Una casa en Montefioralle pertenece tradicionalmente a la familia florentina Vespucci, de la que formaba parte Amerigo, el famoso navegante que dio nombre a América... #tuttitaly
Una vez en Montefioralle, nos enamoramos por completo de esta joya llena de calles estrechas que te hacen sentir dentro de un laberinto, pero que en cada esquina te hacen descubrir algo nuevo, un detalle que te transporta en el tiempo.
Cada foto tomada parece una postal.
Este pueblo conserva un aire medieval, y quizás su encanto se deba también a la supuesta casa de Amerigo Vespucci, el que dio nombre a América.
Para llamar nuestra atención, estos muros antiguos y estas decoraciones están en armonía entre sí. Es un pueblo colorido, florido... que te hace sentir vivo y al mismo tiempo te dan ganas de parar a meditar cuanta abundancia te rodea.
Por primera vez pude ver la planta de Maracuyá en vivo, y ojo: si vas a Montefioralle y ves esta particular flor que casi hace de adorno en una pared, no la ignores.
Pensamos que no era comestible, pero investigando en línea descubrimos que esa era la planta de maracuyá y, por lo tanto, perdimos la oportunidad de probarla. (Puede encontrar algunas imágenes haciendo clic en el enlace de abajo).
Si decides hacer el recorrido por la Toscana o no sabes dónde pasar un domingo y buscas un poco de belleza para complacer tus ojos, el pueblo de Montefioralle es la solución perfecta para ti.
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