El edificio, cuya construcción se inició inmediatamente después del terremoto de 1693, con una choza sustituida posteriormente por un primer edificio de ladrillo abierto al culto en 1703. Hoy, con su interior de cruz latina, alberga la primera capilla al final de la nave en la a la derecha, una preciosa arca de plata del siglo XVI que contiene los restos del Santo Patrón... #UNESCO #tuttitaly
En el corazón de Noto, la Catedral dedicada a San Nicolás de Mira se erige como un imponente testimonio del arte y la historia de la ciudad. Su fachada, dominando la Plaza del Ayuntamiento, es una obra maestra de arquitectura que combina armoniosamente elementos barrocos y clásicos. Las ocho columnas corintias, el portal coronado por el escudo de la ciudad y las torres del campanario y del reloj crean una atmósfera majestuosa y solemne.
La historia tumultuosa de la Catedral comienza con su construcción después del terremoto de 1693, que marcó profundamente el rostro de Noto. Tras varias intervenciones y ampliaciones, a lo largo de los siglos la iglesia ha experimentado derrumbes y reconstrucciones, culminando en el desastroso evento de 1996 que vio parte de la estructura colapsar.
Gracias a los esfuerzos de restauración y reconstrucción, la Catedral reabrió para el culto en 2007, brillando de nuevo en toda su grandeza.
El interior en cruz latina alberga tesoros artísticos y espirituales, como el arca de plata del siglo XVI que contiene las reliquias de San Conrado Confalonieri y las refinadas decoraciones de estuco de la Capilla del Santísimo Sacramento.
La Catedral de Noto es un lugar cargado de historia y devoción, un símbolo del renacimiento y la resiliencia de esta fascinante ciudad barroca. Los visitantes que cruzan el umbral de este magnífico edificio no pueden dejar de impresionarse por su belleza y su atmósfera única, que narra siglos de fe y tradición.
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