Construido a principios del siglo XI por el príncipe Bomar, convirtiéndose en su residencia. Era un castillo inexpugnable, en lo alto de los Dolomitas lucanos, como símbolo de dominio y poder... #tuttitaly
En el corazón de las imponentes rocas, emerge majestuoso el Castillo Normando-Suevo de Pietrapertosa, un símbolo de historia y poder. Este castillo, parte de un complejo sistema de fortificaciones construido por los sarracenos durante los siglos de dominación griega-romana, bizantina y longobarda, representa una encantadora fusión entre el hombre y la naturaleza.
Subiendo las empinadas escaleras que conducen al castillo, se pueden admirar las necrópolis altomedievales, testimonios de un pasado rico en vida y cultura.
Las cisternas, habilidosamente construidas para recolectar el agua de lluvia, son un ejemplo de ingenio y pragmatismo.
Pero es el trono de madera, tallado directamente en las paredes de la montaña, el que captura la atención. Este trono representa el poder y la autoridad de los soberanos que una vez residieron en este castillo, dominando la región circundante.
El Castillo Normando-Suevo de Pietrapertosa es una verdadera joya arquitectónica, que se fusiona perfectamente con el entorno natural que lo rodea. No hay discordancias, solo una perfecta armonía entre el hombre y la naturaleza. Este castillo transmite una sensación de grandeza y protección, como si fuera un baluarte contra el tiempo y la adversidad.
Visitar el Castillo Normando-Suevo de Pietrapertosa es una experiencia única que permite sumergirse en la historia y admirar la belleza de un lugar que ha resistido el paso de los siglos. Es un lugar que encanta y fascina, un verdadero tesoro por descubrir y preservar.
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