La historia de Bolsena se pierde en la noche de los tiempos. Ya en la prehistoria existió un poblado de palafitos cuyos restos fueron encontrados en las aguas del lago... #tuttitaly
Bolsena se eleva en las laderas de las montañas Volsini, en una posición panorámica en el lado noreste de la cuenca volcánica del mismo nombre.
Bolsena es un centro fuertemente ligado a la agricultura y la pesca. Con el tiempo, sin embargo, se ha convertido en un importante centro turístico, frecuentado en todas las estaciones tanto por la presencia del espléndido lago como por el ambiente tranquilo del pueblo.
Historia
Desde la antigüedad, las envidiables condiciones climáticas empujaron al hombre a vivir en estas tierras.
En la prehistoria existió un poblado de palafitos a lo largo de la costa, cuyos restos se han encontrado en las aguas del lago.
A finales del período de Villanova, se desarrolló una serie de pequeños pueblos subordinados a la cercana Velzna, la actual Orvieto.
Cuando los romanos conquistaron Velzna en el siglo III a. C., el antiguo centro quedó prácticamente abandonado, para ser reemplazado posteriormente por lo que sería el floreciente Volsini Novi, ubicado en una posición ligeramente elevada en comparación con el actual asentamiento de Bolsena. Quedan restos de antiguas calles urbanas y las ruinas de numerosas casas particulares y edificios religiosos.
Con el desarrollo del comercio en la Via Francigena, la ciudad se convirtió en objeto de una feroz disputa entre la familia Monaldeschi della Cervara y la Iglesia. Posteriormente, a partir de la segunda mitad del siglo XV, pasó al patrimonio de San Pietro.
Ser visto
En el centro histórico de Bolsena se encuentra la Rocca Monaldeschi della Cervara, cuyos primeros registros datan de 1156. La fortaleza alberga el Museo Territorial del Lago de Bolsena.
Destaca la Capilla barroca del Milagro (1639). El milagro se refiere a la hostia que en 1263-1264 hizo brotar una notable cantidad de sangre. El Papa Urbano IV, después de haber visto las huellas del milagro, instituyó la fiesta del Corpus Domini.
La basílica de Santa Cristina (siglo XI) conserva obras de Benedetto Buglioni y una capilla pintada al fresco en 1498 por Giovanni de' Ferraris de Mondovì.
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